CERRANDO CICLOS
19 CORTOMETRAJES DE LA NUEVA OLA FRANCESA
===Aunque ahora es más fácil acceder a plataformas con múltiples ofertas de títulos, siempre tendremos el vicio de los “discos”: DVD o Blu-ray (y ahora el 4kUHD), que nos permiten tener películas como libros. Nuestras videotecas nos ofrecen el placer de tener a la mano el título que se nos antoje, a la hora que sea, sin haber que buscarlo o darnos cuenta de que “ya no está” o solamente se encuentra “doblado”. Sobre todo, está la alternativa de “cerrar ciclos”. Ahora, como nunca, tenemos la posibilidad de complementar visiones, filmografías o actuaciones; podemos revisar las tendencias de directores, escuelas, corrientes o movimientos. Es otra etapa de algo que fue muy rico, aunque limitado, en el tiempo de los VHS, cuando se editaron muchísimos títulos, pero sin tener las ventajas de la alta definición. Aunque podíamos, por ejemplo, tener una copia de “Ben Hur” (1959, Wyler) en pantalla panorámica, la imagen era reducida para ofrecer la gloriosa dimensión de anchura que, luego, en el DVD o en el Bluray conmemorativo, se pudo disfrutar en audio y video.
===El “cierre de ciclos” al que me refiero, se debe a la reciente adquisición de dos DVD, editados por la firma francesa Dorian que contienen los cortometrajes producidos por Pierre Braunberger, uno de los padres de la Nueva Ola Francesa al aportar recursos para la iniciación en cine de los jóvenes críticos de la revista Cahiers du Cinema, que deseaban entrar a filmar sus inquietudes más que dejarlas plasmadas en sus admiraciones hacia el cine de otros, sus maestros y formadores, o quienes les habían dado otra perspectiva de lo que debía de filmarse para reflejar a la sociedad que le rodeaba e indicar sus cualidades y defectos, además de adentrarse en las realidades espirituales de su generación y de los más jóvenes. Mi ciclo se cierra conociendo los antecedentes de directores que admiro y me han alimentado a lo largo de los años.
===Incluido
en otro DVD con películas de Jacques Rivette, está “Le coup du berger” (1956),
que podría traducirse como “El mate del pastor”, ya que se refiere a una jugada
de ajedrez que, en este caso, se transporta a una esposa infiel cuyo amante (Jean-Claude
Brialy, quien será el protagonista de muchos cortos en esta corriente nuevaolera)
le regala un abrigo de pieles. Para evitar la sospecha del marido, la mujer se
lo autoenvía por transporte, haciendo que el hombre busque el paquete para
evitar sospechas y hacerlo pasar como una equivocación. Al final, el hombre
vuelve con otro objeto, pero el abrigo aparece en el cuerpo de la propia
hermana de la protagonista. Rivette ya había filmado otros dos cortos previos,
pero en este caso, logró su primera trama redonda y se convirtió en el
precursor de la Nueva Ola como crítico que introdujo actores y tendencias: en
una secuencia de fiesta aparecen juntos Truffaut, Godard y Chabrol.
===Ya
conocía “Les mistons” (1957, Truffaut), pero desconocía su colaboración con
Jean-Luc Godard en “Una historia de agua” (1958) que narra en estilo
semidocumental la travesía de una joven mujer que encuentra su suburbio parisino
inundado por el derretimiento de las nieves invernales. Un joven (Brialy) la
recoge en su auto para ir rodeando el desastre y poder llegar a París, donde
ambos estudian. El incremento del agua va subiendo también la intensidad de sus
emociones. Las imágenes reales de una Francia devastada por un fenómeno natural
se entremezclan con una trama de pasión, temáticas que serán notorias en la
carrera de Truffaut y solamente al inicio en Godard cuyo cine irá hacia lo
absoluto conceptual con el paso de los años.
Arriba: Nicole Berger y Jean-Claude Brialy
"Tout les garçons s'appellent Patrick" (Godard)
Abajo: Anne Collette y Jean-Paul Belmondo
"Charlotte et son Jules" (Godard)
===De
Godard, vienen dos cortometrajes: “Todos los muchachos se llaman Patrick” (1957),
escrito por Eric Rohmer, que muestra la tendencia de este último por hablar de
encuentros y desencuentros (como lo repetirá a lo largo de su maravillosa
carrera), donde el mujeriego Patrick (Brialy, de nuevo), cortejará a dos
amigas, cada una por su lado, sin saber que se conocen, citándolas para sendas
citas, hasta que ambas lo descubren paseando con otra muchacha; su otro corto
es: “Charlotte y su Jules (1958), que viene a ser un divertimento, casi
monólogo, con guion suyo, entre un joven escritor (Jean Paul Belmondo) que
recibe la visita de su exnovia. Todo un discurso acerca de su realidad y
presente, con esperanzas de un futuro conjunto, se corona con la verdadera
intención de la chica: ¡recoger su cepillo de dientes y marcharse por completo
de su lado!
===El DVD
contiene otros cortometrajes de Jean-Pierre Melville, Alain Resnais y Agnès
Varda, quienes habían debutado años antes del inicio de la corriente de la
Nueva Ola, aunque varias de sus obras se considerarían dentro de la misma. Por
otro lado, Jacques Doniol-Valcroze con “El exceso de trabajo” (1958, Les
surmenés), inicia su pequeña obra con un discurso sociológico acerca de la
diferencia entre pueblo y ciudad, la vida tranquila contra la agitada, para
entrar en la historia de una joven provinciana que se muda a París para
trabajar como mecanógrafa: su existencia queda envuelta por el bullicio de la
gran ciudad, su cuñado sufre un colapso por dormir poco y trabajar con intensidad.
La chica sufre el rechazo de su novio y a punto de perder el trabajo, logra
darse cuenta de que todo requiere un equilibrio. Se nota que este cortometraje
contó con el apoyo de un organismo social de gobierno. Aparecen Jean-Pierre
Cassel, el infaltable Jean-Claude Brialy y quien será guionista importante,
Jean Gruault.
Arriba: Claude Berri y Evelyn Ker en "Janine" (Pialat)
Abajo: El contraste entre urbe y pobreza en "L'amour existe" (Pialat)
===Se
nota el interés de estos jóvenes por mostrar entre sus imágenes, referencias de
cine, libros y otras publicaciones. El anuncio de conciertos. Las salas de baile
y el jazz y el incipiente twist. Es otro París, pero no todo es delicadeza ni una
urbe que ofrece solamente amores y desconsuelos. Aunque no perteneció (y hasta
renegó de) a la Nueva Ola, Maurice Pialat está presente con dos cortometrajes
descorazonadores y tristes, también producidos por Braunberger, con una visión
realista, usualmente pesimista, aunque con cierto toque de esperanza oculto en
su final: “Janine” (1960), acerca de dos hombres cuya relación con una mujer
parte de dos caminos distintos: uno fue su esposo y padre de su hija, otro es
su cliente ahora que se dedica a la prostitución. Ambos la aman, a pesar de sus
realidades. “El amor existe” (1961), ganó un premio en Venecia y es un
documental acerca de los cambios habitacionales y sus consecuencias sociales que
iniciaron en el París de la posguerra para irse extendiendo con el paso de los
años. Al lado de conjuntos multifamiliares, viven muchos pobres extremos. Las
áreas verdes se han ido disminuyendo en nombre del progreso. Pialat lamenta la
desaparición de su mundo infantil. Estas temáticas, con variantes, las
encontraremos en su maravillosa carrera posterior: “A nuestros amores”, “La
infancia desnuda” o “No envejeceremos juntos”.
===Seguimos
adorando al cine, cerrando ciclos, conociendo lo desconocido u oculto, mientras
nos queda el soplo de vida.