EL
ENIGMA DEL COLLAR
(Murder,
My Sweet)
1944. Dir. Edward Dmytryk.
En su deliciosa autobiografía (“A
propósito de nada”), Woody Allen comenta que cuando estaba en la secundaria
empezó a preocuparse por la decisión que debería tomar para su vida futura. Nunca
pensó en ser abogado o médico: primero escogió ser vaquero, luego agente del
FBI hasta que llegó la alternativa de detective privado. Uno de los motivos fue
su visión de esta película que hoy rescato y comparto.
Basada en “Adiós, mi querida”, que fue la primera novela de Raymond Chandler llevada a la pantalla, pero en 1942 bajo el título de El halcón inicia el vuelo (The Falcon Takes Over, Dir. Irving Reis), el mismo estudio, RKO Radio Pictures, volvió a producirla dos años más tarde para que diera lugar a la transición de Dick Powell, cantante y galán fílmico, en actor formal y alejado de su imagen edulcorada e ingenua de sus cintas en la Warner Brothers de los años treinta.
Raymond Chandler (1888 – 1959) fue un escritor de novelas policiacas que se transformaron, al pasar a la pantalla, en joyas del género que luego se conocería como film noir al ser redescubierto por los críticos franceses de posguerra. No obstante, sus temáticas y desarrollos son complejos. Al borde del abismo (The Big Sleep, Hawks, 1946) sigue siendo una cinta que sufre de varias incoherencias en su resolución, pero es lo de menos ante la brillantez de su desarrollo.
En esta película, el detective privado Philip Marlowe (Dick Powell), cuenta a la policía los hechos que lo llevaron a ser considerado el responsable de varias muertes. La cinta será otro largo analepsis, desde que recibió la visita de un expresidiario alto y fornido llamado Moose (Mike Mazurki) quien anda en busca de la vedette Velma y solicita al detective que la encuentre. Marlowe dejará de lado esta encomienda mientras acude como guardaespaldas de un hombre que debe entregar el dinero de un chantaje para recuperar una joya robada. A Marlowe lo golpean y dejan inconsciente mientras que al tipo lo matan. Este hecho le hará conocer a la joven Ann (Anne Shirley) quien le irá introduciendo en otras pistas y con otros personajes, que, al final, conectarán con la inicial búsqueda de Velma.
Uno de los títulos icónicos del género, El enigma del collar logra plasmar la esencia de la novela de Chandler, aún con las censuras y adaptaciones de personajes y hechos, debidas a la época en que fue filmada (en la novela, Moose mata a un barista negro y la policía desecha investigar el crimen, por la raza a la cual pertenece; en la película, el hombre que expresa ser chantajeado se presenta como afeminado, en su vestimenta, olor y modos, aunque luego se afirma que era amante de una de las protagonistas). Sin embargo, así como en El halcón maltés (The Maltese Falcon, Huston, 1941) tenemos la búsqueda de un objeto que será el mínimo elemento de importancia y que nunca se verá en pantalla (un collar de jade), e igualmente habrá un personaje femenino enigmático que será el que ponga a andar todo este mecanismo. La mujer que traiciona, el detective que pretende seguirle su juego, un hecho inicial que se irá diluyendo mientras que otros toman mayor relevancia para cerrar un círculo perfecto.
Con tramas como ésta, no es difícil pensar que cualquier jovencito deseoso de aventuras, quisiera convertirse en detective privado, como nos lo ha compartido Woody Allen.
El director Edward Dmytryk (1908 - 1999) fue uno de los personajes perseguidos por McCarthy en los años de cacería de comunistas en la industria de Hollywood. También Adrian Scott, el productor de El enigma del collar tuvo problemas y fue a la cárcel. Ellos dos fueron los responsables de otra joya inmortal Encrucijada de odios (Crossfire, Dmytryk, 1947),