NOTA IMPORTANTE: Este artículo lo escribí y publiqué hace diez años. Lo rescato (sin correcciones) al cumplirse el sexagésimo aniversario de su estreno y como reverente tributo a dos de las personalidades más impactantes y perdurables del cine universal: BETTE DAVIS y JOAN CRAWFORD.
Una revisión a mi colección y reporte de nuevas adquisiciones. Un blog de Roberto Villarreal Sepúlveda
lunes, 31 de octubre de 2022
¿QUÉ PASÓ CON BABY JANE? (1962) - ROBERT ALDRICH
domingo, 30 de octubre de 2022
PÁGINAS DE MI VIDA (1950) - GEORGE CUKOR
PÁGINAS DE MI VIDA
(A Life of Her Own)
(Su propia vida-
título en España)
1950. Dir. George
Cukor.
DVD, Pal, 104 min.
Lily James (Lana Turner) llega desde
un pequeño pueblo en Kansas a Nueva York buscando realizar su sueño de llegar a
ser gran modelo. En la oficina de Tom Caraway (Tom Ewell) llama la atención del
agente quien la contrata. Ahí conoce a Mary Ashlon (Ann Dvorak), modelo que ya
ha envejecido y no es requerida como antes. Mary, alcohólica, soñando con el
pasado, le da algunos consejos, pero termina suicidándose. Poco a poco, Lily va
subiendo de categoría hasta convertirse en modelo de primera clase, al aparecer
en portadas de revistas famosas, entre otros trabajos. Gracias al abogado Jim
(Louis Calhern), se relaciona con el magnate minero Steve (Ray Milland) y se
vuelve su amante, a pesar de que el hombre está casado. Cuando Steve le comenta
que no puede dejar a su mujer, paralítica desde un accidente que él mismo provocó,
Lily cae en la desesperación y comienza a tomar el rumbo de Mary.
La cinta, una de las menos apreciadas del maestro Cukor, quiere
responder a la pregunta de qué hay más allá, luego de alcanzar lo que te has
propuesto en la vida. Desde que llega a Nueva York, Lily
se torna esponja de lo que ve y escucha: Caraway le hace observaciones precisas
a una mujer que desea ser modelo y ofrece instrucciones para mejorar antes de
buscar una posición. Lily está atenta y sabe asimilarlo. Al cuestionamiento de Caraway
sobre su elegante manera de vestir, Lily le confiesa que aún en Kansas, las
muchachas leen revistas y van al cine, aparte de haber ahorrado por seis meses
para llegar a la ciudad: así de fuerte es su voluntad y determinación para cumplir
con sus metas. Su carrera va en ascenso: la edición rápida de momentos en que
posa para fotografías o se van sucediendo portadas de revistas, dan idea del
paso del tiempo y del cambio que ha ocurrido en la mujer.
Por otro lado, la relación fortuita que
se da entre ella y Mary Ashlon, quien llega a la oficina de Caraway a pedirle
una oportunidad, mientras Lily está presente, será lección de vida. La acompaña
a una reunión donde acuden Mary y su amante Lee (Barry Sullivan), además del abogado
Jim. Ocurren escenas de celos, pleitos sentimentales, debido a la embriaguez de
Mary. Lily la acompaña a su departamento, donde la exmodelo le pide disculpas y
va contándole sobre lo que permanece de sus sueños. Antes de dejarla, Mary le
regala un zapato de porcelana, como amuleto de buena suerte. Al día siguiente,
Lily se entera del suicidio de la mujer.
A partir de ahí, el trabajo la lleva al
éxito y, gracias a Jim, se relaciona con Steve, procedente de Montana, al cual
acompañará en paseos inocentes, hasta que el hombre deba de retornar a su casa.
Como regalo de agradecimiento, por medio de Jim, le envía un lujoso brazalete
que Lily rechaza, pensando que está comprando su afecto. Al volver a reunirse,
semanas más tarde, Steve se disculpa, pero le confiesa su amor, dando pie a una
relación intensa. Ayuda a Lily para comprar un departamento, le apoya para
amueblarla, hasta que queda claro que no podrá dejar a su mujer. Lily empieza a
beber, a desesperarse, a querer hablar con la esposa de Steve para reclamárselo,
pero a la hora de la verdad se da cuenta de que será imposible: hay cadenas que
no pueden romperse. Lily ha entrado en una fase que le hace recordar a Mary. Va
a visitar el barrio donde está el edificio del cual se había lanzado la mujer
para suicidarse. Ahí decide no seguir ese camino y rompe el zapato de
porcelana. Lily estaba repitiendo el mismo esquema de la derrotada Mary y debe replantearse
su vida y sus objetivos originales.
Lo que inicia como una historia de superación
y triunfo, se torna melodrama donde el factor externo (la pasión hacia un
hombre casado) propicia que se vaya formando un camino de descenso hacia el
fracaso. Una vez que el personaje ha alcanzado el éxito, se siente solitaria y
la aparición de un ser que la complementa, le hace soñar con otra etapa de
vida: posible esposa y madre. Sin embargo, está la variable imponderable:
hombre casado, con remordimientos, pero esposa amorosa, sin reproches. Puede
aceptarse que la cinta da respuesta a esa pregunta inicial, pero queda sin
respuesta total al término: Lily se da cuenta de su camino equivocado, pero no
se da ninguna pista sobre cuál será su nueva realidad.
El maestro Cukor la consideró una de
sus peores películas porque tuvo dificultades desde el inicio. La cinta la
realizó porque debía terminar su contrato pendiente con la Metro Goldwyn Mayer
y no tuvo nada que ver con la selección del guion, ni de la estrella. Lana
Turner retornaba a filmar luego de haber estado en suspensión por dos años y,
como era usual, exigía todo el glamour usual de vestuarios y joyas.
Inicialmente, había sido seleccionado Wendell Corey, pero un pleito entre este
actor y Lana, hizo que se le despidiera. En su lugar entró Ray Milland, más
adecuado para papeles de acción o intriga que para el romance, y se nota que no
hay una química especial con su rubia compañera. No obstante, Cukor usualmente
despotricaba contra cintas cuyo resultado no le complacía, pero luego las
mencionaba con cierta nostalgia.
Poster de la cinta en México
miércoles, 26 de octubre de 2022
AMOR PROFANO (1932) - LEWIS MILESTONE
AMOR PROFANO
(Rain)
1932. Dir. Lewis Milestone.
Sadie Thompson (Joan Crawford), prostituta que viaja hacia la isla de Aipa en el Pacífico Sur, debe de quedarse varios días en Pago Pago, debido a una epidemia de cólera que impide proseguir en el barco de trasbordo. Junto con ella, llegan el predicador Davidson (Walter Huston) con su esposa (Beulah Bondi), además del Dr. McPhail (Matt Moore) y su esposa (Kendall Lee). Todos llegan al único albergue existente en la tienda de Joe (Guy Kibbee), donde la actitud libre y escandalosa de Sadie, provoca la ira de Davidson. El sargento O’Hara (William Gargan), enamorado de Sadie, a pesar de su pasado, quiere apoyarla para que se vayan juntos a Australia. Davidson, por su parte, quiere impedir que Sadie siga su viaje para continuar con su vida de prostitución, por lo que la denuncia para que sea deportada a San Francisco, donde le espera la prisión de la cual había estado huyendo. Davidson logra convencer a Sadie para que abandone su profesión, vuelva a San Francisco y purgue su condena, para salvar su alma. Sin embargo, una noche, viendo a Sadie ya pudorosa, sin maquillaje, entregada a su palabra, Davidson entra a su cuarto para poseerla. A la mañana siguiente, el predicador se ha suicidado. Sadie retoma su actitud libre, pero acepta irse con O’Hara hacia Australia.
Con motivo del 90 aniversario de su estreno, se ha editado una versión prístina, con imágenes nítidas y contrastantes en su blanco y negro original, bajo el formato de Blu-ray, esta cinta que nos devuelve uno de los primeros intentos dramáticos de Joan Crawford, ya con sonido, además de confirmar la calidad del realizador Lewis Milestone en su dominio técnico y expresivo. La adaptación de un cuento de W. Somerset Maugham, ya había sido filmado en 1928 con Gloria Swanson, como Sadie, y Lionel Barrymore, como Davidson, además de haber producido una versión teatral que consagró a otra personalidad de esos años veinte, Jeanne Eagels.
La ventaja de que todavía existía cierta libertad en el cine, sin las estrictas imposiciones que más adelante establecerá la censura, permite que veamos tramas más abiertas en sus representaciones y finalidades. Sadie muestra una actitud cínica y gozosa que será ofensiva para el religioso matrimonio (contra el menos escandalizado matrimonio del médico). Al inicio, Sadie recibe en su cuarto a tres marineros, entre ellos a O’Hara, quien queda prendado de ella, al grado de enamorarse e intentar liberarla de las amenazas que posteriormente le lanzará el predicador. Aunado a ello, están los comentarios sarcásticos e indolentes de Joe, el dueño de la tienda, norteamericano asentado por años en esa isla, casado con una nativa y padre de tres hijos que ha visto todo tipo de persona: sabe muy bien de la hipocresía de Davidson (al hablar de su isla, expresa: "son los últimos remanentes del paraíso").
En una secuencia extraordinaria, donde Sadie le enfrenta y el tipo empieza a orar el Padrenuestro de manera continua, hasta que logra que la mujer empiece a conmoverse y a repetirlo con él, Milestone logra transmitir el proceso de engaño hacia las almas débiles, mediante trucos retóricos. Más adelante, Sadie aparece sin maquillaje, con el cabello restirado, vestida modestamente, escuchando el reto del predicador quien le ofrece, astutamente, fingiendo piedad porque ella se ha arrepentido, retirar su demanda de deportación, ante lo que ella se niega. Mientras que la prostituta muestra una sumisión religiosa, el predicador hará surgir su deseo erótico, sexual, lujurioso, hacia la mujer que ahora puede sentir sometida. A pesar de la libertad del cine no era posible mostrar más que la sugerencia carnal: la secuencia se detiene cuando el predicador entra y cierra detrás de sí, la puerta del cuarto de Sadie.
Al día siguiente, las consecuencias: Sadie, luego de ser objeto sexual, ha perdido su modestia, vuelve a su naturaleza libre porque ha vivido en carne propia la hipocresía de un ser pusilánime. El predicador, por su parte, se ha suicidado, tal vez, por darse cuenta de que todos sus principios eran falsos, dando rienda suelta a sus instintos: una crisis moral y extrema. O’Hara llega para confirmar su anterior propuesta de escapar juntos hacia Australia, a otra vida, a que el destino les fije el rumbo posible.
Lewis
Milestone (1895 – 1980) inició en el cine silente. Alcanzó gran éxito con El
jardín del edén (1927) (que también se ha rescatado en una edición nítida en
Blu-ray), y en 1930 filmó, ya dentro del sonoro, Sin novedad en el frente,
importante cinta antibélica, y luego El cuarto poder (1931), sarcástico
comentario sobre el mundo del periodismo, antes de aceptar esta producción
independiente de Joseph M. Schenck, poderoso integrante de la United Artists. Joan
Crawford (1904 – 1976), luego de ser intérprete de comedias románticas y
frívolas en la MGM silente, buscaba otras maneras de diversificarse. Vio esta
cinta como oportunidad de mostrar sus cualidades dramáticas. Amor profano tuvo
mala crítica y menos taquilla de la esperada, por lo que la Crawford consideró
que fue uno de sus peores papeles: el tiempo ha corregido esa impresión.
viernes, 21 de octubre de 2022
LOS VENCEDORES (1963) - CARL FOREMAN
LOS
VENCEDORES
(The
Victors)
1963.
Dir. Carl Foreman.
DVD, Pal,
156 min.
Regia
Films, España.
Basada en un libro de cuentos, con tintes autobiográficos, de Alexander Baron (1917 – 1999), donde narra hechos y aventuras que viven los integrantes de un pelotón de soldados británicos durante la Segunda Guerra Mundial, esta adaptación cinematográfica mantiene el carácter episódico, dejando solamente a dos soldados: Frank Chase (George Peppard) y Trower (George Hamilton) como recurrentes hilos conductores en su marcha por distintos lugares de Europa, además de que se ha cambiado la nacionalidad: ahora son soldados norteamericanos (para que hubiera mayor identificación con su público clave en Estados Unidos). La cinta deja en claro la banalidad y futilidad de la guerra que da lugar a luchas y rencores absurdos. Al final, no existen vencedores ya que la victoria es relativa: tanto han perdido ellos como los vencidos. La gloria del triunfo da lugar a otras vicisitudes y enfrentamientos. Fue la única intervención del guionista Carl Foreman en la dirección cinematográfica y uno, luego de verla, se queda pensando en las posibles maravillas que podría habernos heredado.
La cinta comienza en la Inglaterra de 1942, mientras Chase y Trower están de guardia en un depósito de recursos bélicos. Hay un feroz bombardeo que les lleva a resguardarse en cierto momento. Luego, salen a ocupar nuevamente sus puestos. Se ha demostrado su valentía, pero también su vulnerabilidad ante la férrea disciplina. Según se van sucediendo los episodios, vemos al pelotón moverse hacia Italia, luego llegar a diversos puntos franceses y belgas, finalmente el retorno a Inglaterra, para terminar en la Alemania invadida, a un año posterior al término del conflicto (los mismos Chase y Trower van subiendo de categoría militar). En cada episodio, habrá alguna aventura de los soldados mencionados, añadiendo a otros personajes eventuales. Así, podemos conocer intereses y personalidades, la rudeza que trae consigo la tragedia cotidiana, los abusos entre seres humanos, la falta de piedad y misericordia, además de los horrores que, al vivirlos, transforma la filosofía de vida y muerte.
Un soldado utiliza la vulnerabilidad de una esposa que espera el retorno de su marido para obtener sus favores sexuales. Un sargento debe de imponer su autoridad ante soldados que, al llegar a una bodega de vinos, se emborrachan. Otro soldado, emocionado por la dulzura de una joven violinista que toca ante la indiferencia general en una cantina de Bélgica, decide respetarla para darse cuenta, al día siguiente, de que en realidad era una prostituta. Y así, se van mostrando pequeñas viñetas de perversión o de ternura sin protección. Ante la crueldad de un oficial francés contra los alemanes, un sargento norteamericano le escucha decir: “ojalá que su país nunca sea invadido”. Y entre estos episodios, se intercala un segmento magistral: el único fusilamiento realizado por los norteamericanos contra un desertor: el director Foreman muestra de manera cruda, intercalando acercamientos y grandes planos panorámicos, el hecho, mientras que en la banda sonora se escucha una popular canción navideña y luego, un himno religioso.
Originalmente, la cinta duraba 175 minutos con una overtura de 4 minutos, original del compositor Sol Kaplan. Al estrenarse en Inglaterra, y notar que el público se inquietaba por la longitud, fue recortada en un cuarto de hora, a una duración más convencional (156 minutos), que es la que encontramos en el DVD español que tenemos (nunca se ha distribuido una copia en Estados Unidos). Entre los cortes, está un episodio donde el batallón adopta a un niño francés, para luego quedar pasmados al enterarse de que el pequeño se prostituía para sobrevivir. El elenco está conformado con muchas estrellas populares, o emergentes por esos años, en el cine internacional: Melina Mercouri, Romy Schneider, Elke Sommer, Jeanne Moreau, además de Peter Fonda, Eli Wallach, Michael Callan, Albert Finney, entre otros, convirtiéndose en un catálogo de personalidades que serían estelarísimas con el paso del tiempo.
Carl Foreman (1914 – 1984) fue un distinguido guionista que también cayó víctima de la persecución anticomunista del senado norteamericano a fines de los años cuarenta e inicio de los cincuenta. Colaborador del independiente y adelantado Stanley Kramer, escribió los guiones de El triunfador y Clamor humano (1949, ámbas de Mark Robson) o A la hora señalada (1952, Dir. Fred Zinneman), para luego exiliarse en Inglaterra donde continuó trabajando bajo seudónimos. Ganó el Óscar, sin poderlo recibir, en 1957 por El puente sobre el río Kwai (Dir. David Lean) y en 1961, la épica y grandiosa Los cañones de Navarone (Dir. J. Lee Thompson), antes de decidirse a dirigir, aunque solamente fuera para dejarnos esta obra maestra.
Los
vencedores, filmada en Panavisión (70 mm), con un blanco y negro
contrastante (cuando el cine podía utilizar al monocromático con fuerza
expresiva), fue una cinta muy audaz para su tiempo. Luego de su estreno por el
mundo, fue siendo relegada a segundo término. A casi 60 años de que fuera vista
por primera vez, es importante rendirle tributo como otro retrato antibélico,
crudo, perverso, que mostraba la realidad de las crueldades humanas. Hay una
copia nítida en YouTube, aunque sin subtítulos, donde puede disfrutarse.
El guionista-director Carl Foreman
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