LA COSECHA ESTÉRIL
(La commare secca)
1962. Dir. Bernardo Bertolucci.
La primera cinta del maestro Bertolucci, quien este año hubiera llegado a su ochentena, tiene como anécdota dramática la investigación del asesinato de una prostituta en un parque. A lo largo de la cinta, se entrevistará a varios sospechosos que estuvieron por el lugar y quienes ofrecerán sus versiones particulares mientras que las imágenes nos presentan sus contradicciones: lo que cuentan no corresponde exactamente con la verdad. El propio realizador comentó que la idea de la trama era mostrar la manera en que vivimos cada día, desperdiciamos en ocasiones el tiempo, o simplemente caemos en rutinas. Aunque el ambiente de la cinta es sórdido, perteneciente a espacios y personas de clase baja, todo puede extrapolarse a cualquiera. Bertolucci tenía 21 años y había sido asistente de Pier Paolo Pasolini en su ópera prima Accatone (1961). El productor Antonio Cervi se interesó en filmar otro proyecto de Pasolini, por lo que encargó a Bertolucci y al poeta Sergio Citti (también colaborador del realizador) que adaptaran otro de sus textos que daría lugar precisamente a La cosecha estéril. Cuando Pasolini se negó a filmarlo, Cervi habló con Bertolucci para ofrecerle la dirección de la cinta: sin experiencia, bajo la consigna de que esta nueva producción repitiera la atmósfera pasoliniana, fue el inicio de lo que vendría a ser una carrera muy significativa para el cine universal.
El estilo de Pasolini insistía en utilizar actores no profesionales (al principio) y fotografiarlos en acercamientos que dieran idea de los habitantes en las pinturas de Masaccio (siglo XV). Bertolucci siguió con la idea de utilizar a personas comunes y corrientes, aunque fue más adelante impartiendo movimiento a su cámara en lugar del estatismo preferido de su maestro. La cinta narra, a través de diversos testigos presenciales, lo que vieron en el momento en que ocurrió el asesinato, pero se centra más en los hechos que vivieron previamente al crimen: así, nos enteramos de un ladronzuelo que confiesa haber ido a buscar trabajo, cuando en realidad se reunió con un par de cómplices para robar bolsos de parejas de enamorados que estuvieran en medio del goce amoroso; o la realidad de un vividor de mujeres, exconvicto, quien acompañaba a su amante, a la cual aparte engañaba, a cobrar el dinero de prostitutas que explotaba; o el soldado que pasaba su día libre paseando por Roma, flirteando con mujeres o simplemente quedarse dormido en una banca del parque… Aunque esta trama recuerda a Rashomon (Kurosawa, 1950), Bertolucci aseguró que no había visto la película en el momento en que llegó a esta filmación. Un elemento recurrente es que, en cada narración, se muestra a la prostituta que será asesinada, desde el momento en que se levanta de una siesta, se prepara para salir, toma un café, sin imaginar el destino que le espera.
Bertolucci
(1941 – 2018) había ganado un premio por el único libro de poesía que
escribió en su vida en el mismo año en que filmó La cosecha estéril. Fue
hijo del poeta Attilio Bertolucci, hermano del documentalista Giuseppe
Bertolucci y primo del productor Giovanni Bertolucci (El inocente o El
conformista), o sea que sus orígenes estaban dentro de una familia
intelectual y distinguida. Este golpe de suerte (al recibir la oportunidad de
dirigir siendo tan joven) dio lugar a una cinta que, ahora, luego de haber
conocido su producción posterior (espléndida como El cielo protector, Belleza
robada o Tú y yo, que fue su último largometraje), resulta
primitiva, aunque acorde con el cine italiano de su tiempo donde la urbe y sus
personajes eran importantísimos, pero no por eso deja de ser hipnótica y
seductora. El título fue el cierre del texto de Pasolini donde cita a un poeta
del siglo XIX que se burlaba de la muerte, llamándola con un equivalente en
nuestro idioma que se acercaría al término “calaca”.
El joven Bertolucci